Las calles de Los Ángeles se ensordecen al son de un acordeón y una guitarra en un domingo imaginario. Las anotaciones de un grupo norteño en los angeles cambian el entorno en un día común. Se inicia la historia de bandas que llevan el espíritu del norte a la costa oeste, creando un fenómeno musical que une a las personas.
Los Ángeles acoge las melodías del norte con brazos desplegados, siendo un portador de culturas. Los grupos del Norte impactan en salones de baile, esquinas, plazas e incluso en el metro con sus canciones honestas y ritmos contagiosos. La ciudad es el entorno ideal para esta música rebosante de vida y deseos.
Me topé con un evento modesto en el Este de Los Ángeles. Un conjunto de norteños afinaba sus instrumentos bajo el fulgor de faroles temblaban. Bajo el fulgor de faroles temblaban, un conjunto de norteños afinaba sus instrumentos. El espacio se inundó de energía con el primer acorde, provocando sonrisas y pasos de baile. Se unieron en un solo ritmo, a pesar de provenir de distintas regiones. Fue como un reencuentro con un amigo antiguo, una combinación de nostalgia y felicidad.
No siempre es una senda de flores la vida de estos artistas. Tocan en festividades o festejos tras practicar largas horas bajo el sol y viajar largas distancias. En cada exhibición hay algo inolvidable. Una melodía que hace que los corazones se desvanezcan al unísono, eliminando cualquier límite.
Los colectivos norteños en Los Ángeles constituyen vínculos que vinculan generaciones y representan la cultura. En la ciudad, los jóvenes adquieren las costumbres musicales de sus padres. La música se transforma en un vínculo umbilical con las raíces, resistiéndose a desvanecerse.
Las melodías no se detienen conforme el día se transforma en noche. Las notas de los instrumentos cuentan historias de felicidad y amor. Las historias de una comunidad resistente son transportadas por el viento en un recorrido por desiertos y montañas representado en cada pieza.
Detente por un instante la próxima vez que pasees por Los Ángeles y oigas un corrido o una cumbia de Norteamérica. Deja que la música agrupe a desconocidos en ese momento encantador. La música norteña representa el pulso de una comunidad dinámica en esta ciudad de infinitas posibilidades.